31 de marzo de 2012

Vicisitudes

La noche es consecuencia de una mirada perturbadora, una mirada inerme, fija y seductora, que en su curso las estrellas afirman su brillo más intenso y la luna redondea su árido cuerpo perecedero. Y es esa mirada, llena de intenciones, que te habla sin boca y la entiendes sin palabra, y la miras, y lo sabes.

La debilidad es patente, pero la absorción propia nubla siempre esa noche, y el brillo difumina lo esperado, y cuan ciego queda uno ante la pérdida de esperanza. Es cuando se encierran las vicisitudes en el ataúd de la cobardía y el vaivén marino atrae la lluvia más sumisa y espesa, cuando la tormenta arranca las uñas de tus dedos o las pupilas de esos ojos son agasajadas por el consecuente rayo incesante, pupilas que el mismo mar las lleva a una Atlántida, nunca olvidada, pero perdida.

Soplo y soplo para que mi ceguera se diluya, soplo y soplo para volver a ver tu mirada, soplo porque me cuesta y me mareo, y me mareo para seguir y sentir el vaivén del mar por el que te fuiste y seguirte hasta perderme en una Atlántida perdida, y volver a poder renacer las vicisitudes, pero entonces… tú ya te has ido. Tú ya te has ido…

La incomprensión de un conocido que sigue vagando cuan gota solitaria, siempre incomprendido, a contracorriente, siguiendo su camino, solitario, y pensando, y diciendo sus planes de un ataúd visceral, sus posibles huidas, camuflado, caminando, ignorando, sólo, porque ya no escucho las gotas, no ya como antes.

Adrian
31/03/2012

14 de febrero de 2012

Sobre cultura.

Sepa Vuesa Merced que no son sólo cantares
ni bailes tronchantes; no aborrezcan a los pájaros
libres del trance andante. A todos esos lázaros
no quitéis sus amores, ni los privéis de artes,

no los desgajéis sin imágenes, tras esfuerzos
de titanes, cruel venganza de viejos tiranos.
No quiera Vuesa Merced la fama de afilados
pues sepa que esas memorias son para el recuerdo.

Cuánto durará su esperpento y sus artimañas,
cuánto torturará su notable caridad,
cuántas horas y días he de  Merced llamarla.

Su control y censura es renunciar y abdicar,
su poder y decisión es desmesurada.
No pretendáis, Vuesa Merced, textos maquillar.

Adrian
05/02/2012